miércoles, 28 de octubre de 2009

Mis sueños en las nubes

Los que me conocen lo pueden decir, desde enano me han atraido las cosas que se mueven solas, primero los coches. De bebé ya mi interés era tal que cuando me llevaban por la calle mis padres en brazos yo señalaba cualquier coche como diciendo: "¿Ese?" y me contestaban: "Renault" o la marca que fuera, y yo me quedaba tranquilo hasta que volvía a repetirlo una y otra vez.

Cuando tuve unos años más cayó en mis manos un libro escrito por un señor apellidado Arias-Paz, cuyo título rezaba "Automóviles" y si mal no recuerdo la edición era de los años 50. Ese libro fué por el que comprendí cómo funcionaban los coches a una edad de unos 8 años. Por aquella época ya imaginaba ser diseñador de coches, los dibujaba y les daba las características técnicas que debían tener: motor, cambio, suspensiones...

Poco más tarde también me empezaron a gustar los aviones, aunque en aquel momento no tanto como los coches.

Pero llegamos a más o menos cuando yo tenía 10 años. Domingo por la mañana, de esos de compra familiar a un centro comercial lejano (en mi caso Parque Corredor, en Torrejón de Ardoz). De pronto cuando salimos de la autovía, atasco de los que son aburridos (que no ves que se muevan los coches), menos ese. Ese atasco fué, y es hasta ahora el mejor que he soportado. Estando sentado en el asiento de atrás del coche y aburrido mirando por las ventanillas sin ver nada particular, de repente se empieza a oir un rugido que aumenta muy rápidamente de volumen hasta ser ensordecedor. El coche empieza a temblar como nunca y de repente se me ocurre mirar por la ventanilla.

Lo que vi me dejó con la boca abierta y sin palabras: 2 F-18 (en aquel entonces no sabia lo que eran) despegando en formación desde la Base Aérea de Torrejón. En ese momento se me conectaron algunos cables en mi cabeza y se formó la idea de "¡yo quiero pilotar uno de esos!".

Desde entonces mi pasión son todas las cosas que se muevan solas, con predilección por aquellas que vencen la fuerza de la gravedad para elevarse por los aires.

A partir de entonces comencé a recopilar información sobre todo lo que se levante del suelo, desde revistas y libros, hasta maquetas y simuladores de vuelo para el ordenador. Por diferentes fuentes supe que para llegar a ser piloto de un trasto de esos había que hacer unas pruebas (con las mejores notas) y luego ir a la Academia General del Aire (AGA), estar 5 años y si se es de los mejores de la promoción te mandan a Reactores o Caza y Ataque, tras pasar 6 meses en los E.E.U.U. con el T-38 y luego otros 6 meses en el Ala 23 (Escuela de Reactoristas) en Badajoz para que luego te digan a donde vas: Alas 11,12,14,15 o escuadron 462. A mi en esos momentos lo que más me apetecía era o bien el Ala 12 (para pilotar el F-18) o el Ala 11 (para en aquel entonces el futuro pilotar el Eurofighter).

Pero llegó una feria de AULA en el que fui a preguntar allí los requisitos y fué cuando me dieron el mazazo: con miopía no podía entrar como piloto militar ni de aviones de papel, ni siquiera operandome.

Entonces pregunté para hacerme piloto de lineas aéreas. Otra decepción más, el precio es algo que echa para atrás.

Con todo esto, se acerca la entrada a la universidad, mi aspiración siempre ha sido la de hacer Ingeniería Aeronáutica, pero por las notas de corte no pude y me tuve que conformar con Topografía y posponer mis sueños.

Tras 2 años de Topografía vi que no era lo mío (los mapas me encantan pero no tanto como los aviones) busqué otras opciones y me topé con un grado superior de FP llamado Mantenimiento Aeromecánico. ¡Tate! no los pilotaría, pero de tocarlos me iba a hartar. Eché la solicitud y durante la espera, un familiar mío que trabaja en la Base de Torrejón me dijo que si me apetecía hacer una visita. Yo contesté que si sin pensarlo y me dijo un dia que le venia bien.

Ese día me presenté en la entrada de la base y una vez me dieron el pase para mi y para el coche entré tras él. Me enseñó dónde trabajaba, dimos una vuelta por los hangares del Ala 12 (a mi se me caía la baba viendo aquellas máquinas) y luego para poner la guinda, me llevó al simulador del "bizcocho" (F-18).

Bueno, según estaba entrando en el edificio no me lo podía creer, iba a pilotar un F-18 aunque fuera un simulador. Cuando me dijeron que me sentara en la réplica del asiento eyectable yo temblaba de emoción. Me pusieron algo fácil, despegar desde Torrejón y dar vueltas por los alrededores. Al final el aterrizaje faltó algún piloto para que me puntuara el aterrizaje jejeje.

Salí de la base con una sonrisa de oreja a oreja y me tiré unos dias recordando todo (aún cuando lo recuerdo se me ponen los pelos de punta).

A los pocos días de esa visita me llegó la carta que me decía que me habían aceptado en el módulo en Vallecas.

El primer año del curso no empezó bien, tuve que estar 1 mes de baja por motivos de salud y luego en semana santa otras 3 semanas, aunque al final recuperé el tiempo perdido y saqué todas, aun teniendo que examinarme de varias asignaturas del curso entero (en lugar de el tercer parcial sólo)

Este año vamos a por todas, porque sólo dura 6 meses, ya que el tercer trimestre son las prácticas en empresa.

Pero aún tengo 2 espinitas aeronáuticas clavadas: una es ser ingeniero aeronáutico, aunque sea ingeniero técnico; y la otra es pilotar uno de esos cacharros sobre las nubes.

Por eso cada vez que oigo o veo un avión en el cielo, miro a ver cual es y me dan un poco de envidia sana porque ellos despegan sus pies de la tierra, ya sea para llevar 100, 200, 500 o 2 personas de un lado a otro, o para entrenarse para defender un trozo de tierra en el que vivimos en caso necesario. Cualquiera de los dos me merecen un respeto porque se han ganado el trabajo en el que están y pocos habrá trabajando de ello que no sea por vocación.

Seguiré adelante con el mantenimiento aeromecánico, además de tratar de conseguir mis sueños, aunque creo que lo de volar (aunque sea de paquete en la cabina trasera) en un aparatejo militar del estilo del "bizcocho" o aunque sea un "culopollo" lo tengo casi imposible.

Pero bueno, se hará todo lo posible por pilotar algun cacharro volador que no sea un radiocontrol o un avión de papel jejeje.

Un abrazo
Luis

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